... sueño al amanecer, despierto cuando anochece, es la aurora testigo de los quehaceres de mi alma... luego llega el día y con él la luz de la experiencia...
Calma en mí
Calma en mí. Calma. Mientras mis ojos ven tanta guerra. No me invaden ya las mentiras los necios los egoístas ni los traidores, pero a veces lágrimas tibias se deslizan por el lecho de mi cara y me recuerdan que alguna vez empuñe un arma.