Escritora
... sueño al amanecer, despierto cuando anochece, es la aurora testigo de los quehaceres de mi alma... luego llega el día y con él la luz de la experiencia...

Sin un sentido II
—Dime qué sientes.
—Explicarte un
sentimiento.
Me arde el alma
porque es del alma lo que anhelas saber.
Porque no puedo
desmenuzarte lo intangible, inodoro, incoloro...
Porque no hay
palabras más allá de la palabra sentimiento.
Porque todo lo que
puedo hacer es lanzar metáforas al aire.
Porque es tan profundo
y lejano esto que vibra en mí,
que ni yo llegó a
comprender el origen de su existencia.
Y mientras mi
silencio te parece un desafío,
yo
lucho
desesperadamente por comprender lo inexplicable.
Sin un sentido
— ¿Eres tú?
Y el mundo dejo de
ser el mundo de antes, en un instante.
Y sus pensamientos
se volvieron locos.
Y vino la muerte
un segundo a morderle el corazón.
Sus labios no
habían notado el desastre. Rojos seguían provocándole.
Su voz de azúcar
seguía espolvoreando la vida.
¡Pero sus ojos!
A sus ojos los
delataban las manos que aletean en el espacio buscando el roce.
Se acabó por
siempre el reflejo de su rostro en aquel negro inmenso de antaño.
Se acabó la
belleza adornada, las agitadoras barbas de tres días.
Se acabó un
Sentido.
Y en un segundo
supo que para conquistarla tendría que crear un nuevo universo.
Correr...
Ha dejado de
escuchar el lenguaje sórdido de la ciudad, ahora solo respira vencida ante un
corazón poderoso. Corre. Corre sin objetivos. Tan solo la visión pasajera de
hojas doradas muertas de frío, copas de árboles semidesnudas, y olor a
mojado, dan vida a sus sentidos.
Correr sin
motivos.
Hacia ninguna
parte.
Correr. Correr.
Correr...
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