—Dime qué sientes.
—Explicarte un
sentimiento.
Me arde el alma
porque es del alma lo que anhelas saber.
Porque no puedo
desmenuzarte lo intangible, inodoro, incoloro...
Porque no hay
palabras más allá de la palabra sentimiento.
Porque todo lo que
puedo hacer es lanzar metáforas al aire.
Porque es tan profundo
y lejano esto que vibra en mí,
que ni yo llegó a
comprender el origen de su existencia.
Y mientras mi
silencio te parece un desafío,
yo
lucho
desesperadamente por comprender lo inexplicable.