Lo que
encierran mis palabras es mi vida.
Aquello
que filtran todos mis sentidos.
Aquello
en lo que creo firmemente porque nace y muere en mí.
Soy
única en mis vivencias.
Nadie,
excepto yo misma puede acreditarme.
Lo que
vivo en reunión con otro, “cualquier otro”, es un acontecimiento irrepetible
universalmente.
¿Quién
puede rebatir esto?
No hay
dos brotes de hierba idénticos en el universo.